Para el queso labneh:
500gramos de yogur griego natural (sin azúcar)
1 cucharadita de sal
1 cucharada de zumo de limón
Para la olivada:
20 aceitunas negras en salmuera
40 gramos de nueces peladas
1 cucharada de orégano
2 cucharadas de zumo de limón
1 diente de ajo
100ml aceite de oliva
En un recipiente mezclar el yogur, la sal y el zumo de limón. Remover con una cuchara, y colocar la mezcla en el centro de una gasa cuadrada doble, o tela de algodón muy limpia. Coger la gasa por las 4 puntas hacer un atillo cerrando con un hilo o goma, y quedando todo el yogur bien compacto abajo.
Colgar el atillo de yogur sobre un bol o cuenco, donde se recogerá todo el suero que va a ir soltando el yogur durante las próximas horas.
Después de 12 horas, la mezcla de yogur se habrá espesado convirtiéndose en un queso cremoso, y después de 24 horas en un queso más consistente, como en las fotos.
Así de fácil es. Este queso se puede consumir inmediatamente o conservar hasta 36 horas en un recipiente tapado en el frigorífico.
Para hacer la olivada mezclar todos los ingredientes en un procesador de alimentos o batidora, y listo.
Emplatar el queso, sacándolo de la gasa y dándole la forma con las manos, colocar una cucharada de olivada y semillas de granada al gusto, y a disfrutar con pan crujiente.