400 gramos de níscalos
50gr anacardos naturales
1 cebolla pequeña
40 gramos de mantequilla
1 cucharada de brandy
1 cucharada de perejil picado
1 cucharada de cebollino picado
Sal y pimienta
Empezamos poniendo a remojo los anacardos durante al menos 2 h.
Límpiamos los níscalos con un trapo humedecido, delicadamente para no romperlos.
Picamos la cebolla en brunoise y la sofreimos en una sartén con la mantequilla, hasta que veamos que adquiere un color dorado. Añadimos los níscalos ya limpios y troceados, salpimentamos y cocinamos hasta que veamos que se ha evaporado el jugo que desprenden las setas. Añadimos el perejil y el la cucharada de brandy, y seguimos cocinando hasta que se evapore el alcohol. Retiramos del fuego y cuando se hayan enfriado las trituramos, junto con los anacardos escurridos, con una batidora o robot de cocina.
Rectificamos de sal y mezclamos bien todo el conjunto. Reservamos el paté en la nevera.